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may 3Gustado por Nos une el medio

Amigo querido, te digo amigo porque así te siento a través de este texto. Me ha resonado mucho tu carta, gracias por tu sensibilidad y apertura a vivirlo todo tal cual se presenta. Este abril que acaba de acabar fue muy fuerte para mi precisamente por lo que traes a este texto, los espacios, el moverse, el arraigo y la despedida. Primero estuve en Chile 18 días y sentí que una parte de mi corazón se quedó en aquel largo país y en mis ganas de huir de aquello que me dolía (no estar allá), estuve rechazando todo lo que me recordara a Chile, dejé de seguir las paginas de instagram y tik tok que seguí cuando estaba preparando el viaje y me enojaba cuando veía publicaciones en redes sociales con personas o lugares del país; con los días y las lagrimas fui aceptando que se me quedo una parte del corazón allá y allá esta bien, esta muy bien acompañando a los seres tan hermosos que conocí, abrace y ame; esta muy bien latiendo junto al nevado osorno, arrullado por las olas del mar frío y espejado en las noches de estrellas que viví y quizás algún día el corazón que se me quedo allá me vuelva a llevar a abrazar nuevamente esos lugares y seres amados, o tal vez, ese fuerte latido me conduzca a otro lugar con el corazon tan abierto como me lo enseñó a abrir Chile. A la tusa por Chile, se sumo que me mude de ciudad, practicamente pase del aeropuerto a mi nuevo espacio, dejando mi conocido y amado apartamento en mi ciudad natal para estar en Bogotá por una temporada. Es increible la relación que se teje con los espacios y no es solamente por apego material capitalista; mi apartamento es un sencillo espacio de 46 m2 que aún se esta construyendo, no tiene aún todas las pertenencias que yo deseaba pero como las empecé a extrañar, esas lagrimas que salían de mi por no estar en el apartamento me ayudaron a reconocer que hice de aquel espacio el lugar de mi seguridad sicologica y que ahora ante el movimiento temia perder... me dedique abril a viajar por trabajo en una HUIDA por no estar en Bogota en este nuevo lugar. Sin embargo, hace unos días decidi que no puedo huir toda la vida y proyecte que mayo estaría acá sin buscar huir. Tu invitación a construir pertenencia y hogar en los lugares que habitamos es hermosa, probare en mayo como me va con esta invitación y te ire contando. Gracias porque tu texto es tan hermoso, que provoco en mi, ganas de escribir por primera vez sobre esto. un abrazo

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Estimada María, recibe mi gratitud por la generosidad de la lectura y, sobre todo, por la valentía de compartirte. Desde la amistad de las letras y los caminos profundos, te acompaño en este tiempo de transición y duelo, y celebro el coraje con el que estás avanzando. A veces creemos que las emociones difíciles, la nostalgia o la melancolía están relacionadas con nuestra capacidad de procesar lo nuevo. Sin embargo, esa es precisamente la manera como nuestra psique procesa la pérdida. Algunos pueblos originarios ponían en un lugar apartado de las comunidades a quienes llegaban de lejos. Esta práctica se llevaba a cabo para 'esperar a que el alma llegara' y permitir la purificación. Hemos sido los lugares y necesitamos tiempo para despedirnos de ellos y de quiénes hemos sido en ellos. Te deseo autocuidado, atención a la belleza en tu nueva vida y buenos comienzos. Hasta pronto. Ish

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abr 18Gustado por Nos une el medio

Que texto tan hermoso! Muchas gracias, llegó profundo.

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Gracias, Lina, por acompañarnos en estas cartas y por tu sensibilidad

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